Parábola De Wo Y Su Caja De Creencias


Una de las preguntas que se formularon en el pasado, en los primeros tiempos, cuando mi socio y yo nos conectamos por primera vez, fue: “¿Por qué razón viniste?”  Si no han escuchado esto antes, queridos, es importante que lo sepan, porque el potencial de la consciencia al que la humanidad se dirigía iba a reescribir la historia y reescribir el potencial de la historia y a cambiar las profecías de la historia, fuese lo que fuese lo que viniese luego.

Se supone que el Espíritu, al que llaman Dios,  lo sabe todo; pero el Espíritu al que llaman Dios no sabe qué van a hacer ustedes en su libre albedrío. Por eso ustedes llaman a esto una prueba. Y no es un test de su naturaleza humana, no es una prueba de su alma, ni es algo a juzgar.  Es un test del planeta y ustedes son parte de eso: consideren a los que están en el planeta con batas blancas, realizando el experimento, con la consciencia que trajeron al venir y las complejidades que desarrollaron con el tiempo

Si se los dejara solos, sin el conocimiento de quiénes son, ¿qué sucedería en el planeta? ¿A dónde iría, con ustedes entrando en la 3D y quedándose en ella? ¿A dónde iría la vibración de esta Tierra con la humanidad? Si ustedes no lo sabían, pues bien, yo lo sé. De modo que es la prueba de la consciencia de la Tierra, de ustedes, y es imparcial. Es lo que hacen ustedes. Yo llegué a causa de lo que ustedes hicieron, y hubo muchos como yo. De no haber sido así, yo no hubiera venido. Pero habíamos visto antes los potenciales de cambio que estaban ante ustedes.

En estos 24 años, toda la información, entregada en amor, nunca en conflicto, fue para advertirles de lo que están haciendo ahora y ayudarlos a retener lo que tienen, para darles la esperanza de que había un propósito y una respuesta al enigma. Por eso estamos aquí y por eso permanecemos aquí. Ustedes empiezan a plantar las semillas y, mientras las miran crecer, la energía empezará a cambiar otra vez. Estas son metáforas para lo que va a ocurrir luego respecto a la verdadera esencia de Dios según se muestra dentro del Ser Humano. La única forma de ver a Dios en la Tierra es a través de los Humanos y ustedes sabían eso. De modo que son sus revelaciones como almas viejas y trabajadores de la luz, las que llevan la visualización y activación de la percepción de lo Divino. Depende de ustedes.

Lo que sigue no es muy largo, pero profundo. Es otra parábola más; la primera que se da en la nueva energía después del 2012. La parábola no es tan exclusiva, en cuanto a que los significados de las parábolas son casi siempre los mismos, pero se dan en una perspectiva y en una circunstancia diferentes.

Quiero que mi socio proceda lentamente, porque tenemos mucho que decir. En ello habrá reflexión, esto es, que se verán a sí mismos. Esta parábola en particular no quedará restringida a los oyentes en este salón, sino que miles la oirán y la comprenderán.

El sujeto de todas las parábolas de Kryon a menudo es un hombre, pero no realmente. Nos referimos a él como Wo, pero es tanto hombre como mujer, porque es wo-man* y no queremos ponerle género al Humano, pero como ustedes lo hacen en forma automática, nosotros lo llamaremos él.

Esta es la historia de Wo y su caja de creencias. Es una historia para esta época y está llena de propósito y de honor, en enseñanza, realización y despertar. Quiero que la oigan correctamente. A los Humanos les encantan las historias. Comencemos.


De niño, Wo se crió en una familia sumamente amorosa y su madre y su padre lo llevaron a lo que ustedes llamarían un sistema de creencias espirituales organizado. Wo estuvo expuesto a esto desde muy pequeño y devino su creencia. Mientras crecía aprendió más y más al respecto. En esos años aprendió a disfrutarlo. De modo que al llegar a adulto, esta creencia estaba plenamente arraigada en él.

Ahora bien: lo llamamos una caja de creencias porque estaba restringido, o sea que había una estructura alrededor.  En esa caja de creencias, la estructura honraba a Dios. A menudo se necesita la estructura para que la humanidad cree un sistema en el que las cosas tengan sentido. Y en su caja de creencias, lo tenía.

Desde el principio su padre le dijo que había reglas respecto a Dios, y a Wo le pareció lógico. Tenía sentido para él, porque era exactamente lo que Wo esperaba para él y sus amigos. Le dijeron muchas cosas. Había una doctrina que describía lo que le complacía a Dios y lo que le disgustaba. Había emociones como guía de lo que era apropiado en la vida y lo que no lo era. Había que vivir según las reglas; eso tenía sentido. Y había integridad y honestidad. Lentamente, Wo fue aceptando todo esto.

Wo llevaba consigo las Escrituras: escrituras de los profetas y del profeta de los profetas. Eran las luces que guiaban su vida y tenían sentido para él. Llevaba una versión de bolsillo consigo todo el tiempo, para recordar lo que decían.  En las horas de culto, elegía un maestro y le oraba. Wo estaba muy contento con su caja de creencias, y los que lo rodeaban estaban contentos con él.

Pero la caja tenía sus límites. No eran límites para Wo, pero eran fronteras. Su padre le había dicho: Ten cuidado al elegir tus compañías, porque si no están en nuestra caja de creencias, es decir, si no son creyentes, sólo pueden ser no-creyentes. Y si son no-creyentes tienen la capacidad de contaminarte, de afectarte; incluso pueden sacarte de nuestro sistema de creencias y son peligrosos. Wo siempre se preguntó quiénes serían esos.  De niño nunca los vio, sólo veía a sus compañeros de juego, pero al crecer entendió lo que su padre le había dicho.

Finalmente Wo, que vivía en el Medio Oeste de Estados Unidos, en un pueblo pequeño, con padres campesinos, encontró su lugar, descubrió lo que quería hacer. Wo era un hombre estructurado: amaba los números. De modo que se convirtió en lo que llamarían un especialista en números o tenedor de libros, trabajando en un pequeño comercio en un pueblo pequeño. Todos los días conducía 50 minutos desde la granja donde había crecido hasta el pueblo.  Allí fue donde Wo conoció a los no-creyentes sobre los que su padre le había advertido: los empleados con los que trabajaba en un pequeño cubículo en una oficina, rodeado de muchos hombres y mujeres.

Se dio cuenta de que eran diferentes fue prudente y cuidadoso. No comprendía por qué ellos decían las cosas que decían y tomaban el nombre de Dios en vano. No comprendía la promiscuidad que veía, no entendía la falta de respeto a Dios, la manera de beber que tenía lugar, ni las cosas que obviamente no eran de Dios y no estaban en su caja.

Se retiraba para estar con los que pensaban como él, se sentaba en el lugar de culto y cantaba las canciones sobre la gloria de Dios, que eran tan hermosas. Le enseñaron sobre el mal y un concepto llamado pecado.  ¡Le enseñaron que los que no creían en su caja no lograrían encontrarse con el mismo Dios que él amaba!  Y era razonable, porque los que violan las reglas de la sociedad, tampoco logran nada, sino que van a prisión. ¡Tenía sentido para Wo!  Alrededor, por todas partes, estaba el Dios que él adoraba, y él sentía el amor de Dios.

Cierta vez, en el templo donde rendía culto, hubo una sanación milagrosa. Fue innegable. Fue hermoso. Alguien que él conocía hacía largo tiempo, con una enfermedad que lo había dejado inválido, se levantó y caminó y nunca volvió a necesitar una silla de ruedas. ¡Asombroso! Los líderes de esta organización de culto lo señalaron diciendo: esta es la prueba de que nuestra caja es la correcta, porque tenemos a Dios en ella. Y entonces le llegó la advertencia a Wo: no mires a ninguna de las demás cajas de creencias porque no tienen lo que tenemos nosotros. Su forma de culto es incorrecta según nuestra doctrina. Y se remitían a los versos de las escrituras como prueba de que ellos tenían al Dios correcto y las demás cajas estaban equivocadas y algunas de ellas hasta podrían ser maléficas.

Y esa era su vida. Wo no estaba descontento con ella. Ir a trabajar era frustrante, porque los que lo rodeaban eran no-creyentes. No se juntaba con ellos, no deseaba hablarles. Y ellos lo sabían.

Y entonces sucedió.

¿Cómo describirte esto para que lo puedas comprender, Ser Humano?  Te lo contaré tal como ocurrió. A eso de las tres de la tarde, cuando todos estaban en sus escritorios y él estaba concentrado en sus números, apenas lo oyeron llegar. El tornado golpeó como un tren de carga expreso. Sin previo aviso, empezó a desmenuzar el pueblo.

Lo oyeron cuando llegaba a las afueras del pueblo. No hubo tiempo para nada. ¡Fue tan rápido, tan grande! Wo puede recordar más que nada el sonido aterrador, el ruido que ensordecía, el granito crujiendo, la madera astillándose, los vidrios estallando, la gente que gritaba… Por supuesto, se apagaron las luces. El edificio empezó a derrumbarse. Tan rápido, todo al mismo tiempo. Vio a algunos de sus compañeros aplastados ante sus ojos; apenas tuvo tiempo de meterse bajo el escritorio cuando se cayó el techo y el piso se abrió y todo cayó en cascada hacia abajo. Cuando las luces se apagaron, todo quedó en silencio.

Lo que pasó luego, querido Ser Humano, es la realidad de la que te quiero hablar. Esto puede sonar como una parábola, pero lo que ocurrió después es real. Pero antes de referirme a eso, quiero interrumpir ahora mismo la parábola con la Verdad. ¿Cómo los ve Dios a Wo – y a ti?  ¿Cómo lo ve Dios a Wo? ¿Dios ve la caja en la que está y a prejuzgar a otros Humanos como algo malo?

He aquí lo que quiero decirte antes de seguir: Wo encontró el amor de Dios en su organización, al Espíritu del que vengo. Nosotros vemos la caja mitológica que la humanidad ha creado en torno a Dios, no como inapropiada sino como una estructura que muchas veces se necesita para descubrir la esencia interior. De modo que Wo no era inapropiado ni estaba equivocado; aprendió como aprendió. Bendito el Humano que encuentra a Dios de cualquier manera en la que se vuelque al interior y vea la belleza que hay allí para ver.

Dios no ve cultos inapropiados, no ve una conducta inadecuada, ¡Dios ve a Humanos que buscan la esencia! Quiero que todos escuchen esto. Sepan que si están en una organización donde el núcleo es el culto del Dios Uno y el Espíritu y la Fuente Creadora, están en el camino correcto.

Tal vez los Humanos no estén de acuerdo y quizá digan que lo que ustedes están haciendo está mal, que no comprenden. Los Humanos pueden decir que no deben poner a Dios en un pedestal e inclinarse. Les digo algo: ese es el comienzo de la comprensión de quién es Dios. Algunos de ellos, siendo Humanos, deben caminar antes de poder correr, ¡es parte del proceso!  Tengo aquí un salón de almas viejas que han venido muchas veces, han sido parte de esta clase de cosas muchas veces, han ido muchas veces a la guerra por causa de la doctrina. Ahora se sientan en este salón, más sabios y más maduros debido a eso. Ahora no necesitan una estructura ni una caja. Quiero que comprendan, antes de proseguir con la historia, que nunca se emite juicio sobre la búsqueda de Dios.

Todo se volvió negro, excepto que había música. Wo empezó a oír música. ¿Cómo describirlo? No era música; la música requiere oídos y Wo no tenía oídos en ese momento, porque se dio cuenta de que donde él estaba, no estaba vivo, o no lo estaba como él sabía que se está vivo. Estaba pasando algo raro. Estaba en un lugar, no era un túnel, no era una cueva, era... un camino, un camino que estaba abierto y a su alrededor había oscuridad y en él podía oír la música. La música no era realmente música; era una energía sonora y reconoció una parte de ella. Llegaba con una emoción, un sentimiento, una percepción; llegaba con luz. Era como si todas las estrellas de la galaxia estuvieran cantando una armonía, estructuras de sonoridad que nunca había oído y sin embargo conocía la melodía cantada en luz.

Wo conocía esto de antes. Supo que estaba muerto.  Qué sucede luego, nadie lo sabe. Todos sólo lo suponen. Nadie en el planeta sabe realmente qué sucede después, y Wo estaba allí mismo y no tenía miedo porque sabía qué esperar, gracias a su caja de creencias.  Al menos, eso creía.

Empezó a notar que otras formas humanas pasaban a su lado; estas formas humanas eran sus compañeros de oficina, pero ellos pasaban dejándolo atrás. Entonces miró hacia abajo y se dio cuenta de que estaba retenido en ese punto del viento de la transición por un cordón de plata y no podía ir más lejos.

La música continuaba y empezó a reconocerla más y más. Vio delante de él una hermosa  y brillante luz blanca y dorada. Vio que todos los que lo pasaban, se movían hacia esa luz y compendió que iban a encontrarse con Dios. Habían muerto con él.

Pero ¿por qué no podía avanzar?  Tiró del cordón de plata con todas sus fuerzas, si se puede decir así al no tener un cuerpo de ninguna clase, sino una especie de cosa etérea con brazos, piernas y una cabeza. Es difícil describir cómo se siente estar en esa transición, en ese viento que lleva del yo físico al yo espiritual.

Wo estaba en ese viento de la transición, retenido por el cordón de plata, mirando, mirando cómo otros pasaban y entraban en la luz. La música se hizo más potente, no de más volumen, sino más poderosa, invadiendo casi todas las células de su cuerpo etérico, que se volvía cada vez menos corpóreo y más y más transparente. Wo estaba en el viento de la transición, pero retenido por ese cordón de plata.

Y entonces notó algo: cada forma humana que lo pasaba estaba brillando de una manera extraña. Dentro de cada uno había un objeto reluciente con un patrón que él reconocía y sin embargo, no reconocía. No era un símbolo, ni un número: era un patrón, ¡un hermoso patrón de luz dentro de cada uno de ellos! Todos tenían uno.

La luz al final de ese aparente túnel, que no era un túnel en absoluto, se hacía más y más brillante. Él no se estaba acercando, sino que la luz se hacía más brillante y ahora  él podía oír, o sentir, o percibir la música y supo qué era. Era la música constante, continua, del amor de Dios, un patrón a nivel del alma que cantaba la canción de la compasión, la canción del Hogar, la canción de la Unicidad que él conocía tan bien. ¿De dónde provenía? ¿Cómo la había reconocido?

Y ellos seguían dejándolo atrás. Parecía que cientos habían muerto por el tornado. Todos estaban en ese mismo camino, pasando por esa transición y todos tenían esa misma esencia brillante con el mismo patrón. Y mientras se abría  la luz brillante ante él, pudo verla. Era la misma esencia con el mismo patrón. Todos ellos eran piezas del patrón.

Wo se consumía de curiosidad, como hombre de números que era. (Kryon se ríe) Al mismo tiempo lo conmocionaba no saber por qué no podía avanzar. Tiró del cordón de plata. Quería seguir hacia adelante y unirse con la luz. La música seguía. Todos, cada uno de los empleados de su oficina, todos iban hacia la luz, al mismo lugar, y la luz se agrandó, y pudo ver más. Y lo que vio fue una celebración de la vida. Vio por la grieta que le permitía observar, que había una reunión y había júbilo ¡y no había un juicio!  ¡Había alegría! ¡No era lo que le habían enseñado! ¡Era hermoso! No importaba de quién se tratara, todos se reunían y pasaban ante él y tanto quería avanzar, retenido por ese cordón y se preguntaba: “¿Va a ser así? ¿Es este un lugar donde uno se atasca entre mundos? ¿Por qué no voy ni para adelante ni para atrás? ¿Qué pasa?” Pero no se sentía frustrado, porque estaba en el viento del amor.

Wo despertó en el hospital, rodeado por su familia, y se dio cuenta de lo que había sucedido. Había estado en coma.

Ahora interrumpimos la parábola otra vez para explicar que Wo había tenido lo que la humanidad llama una experiencia cercana a la muerte. Por cierto, nosotros le hemos cambiado el nombre a experiencia cercana a la vida (Kryon se ríe).

Nadie vuelve de una experiencia cercana a la muerte y se recupera. Vuelve cambiado. Ningún Humano puede entrar en el viento de la transición, aún temporalmente, sin verse afectado a nivel de su esencia corpórea. Algo le sucede: es difícil explicarlo, pero cuando están en el viento de la transición, cambian. Cuanto más están en ese viento, más cambios ocurren. La esencia misma de su espíritu despierto se expande. Parece que cada momento en ese viento es como si viviesen otra vida de sabiduría, y viven, y ven. Y Wo volvió y abrió los ojos. La familia lo rodeaba y él supo instantáneamente que estaba vivo pero que había presenciado algo extremadamente real. Miró alrededor y descubrió que tenía un nuevo don, porque cada miembro corpóreo de su familia humana  parado alrededor de su cama tenía una esencia brillante con el patrón. ¡Wo podía ver a Dios en todos ellos!

Ellos celebraron su vida y finalmente él se curó. Cuando se levantó por primera vez y fue a la sala con el espejo, lo vio en sí mismo. Allí estaba el brillo; el patrón estaba allí. Miró a los médicos, a las enfermeras, salió a la calle, ¡y todos lo tenían!

Ahora bien, lo que sucedió después puede sorprenderlos.  A esa altura, Wo podría haber hecho cualquier cosa, ya que tenía conocimientos que iban más allá de su caja de creencias. ¡De hecho, contradecían su doctrina; discrepaban con la idea de un Dios que juzgaba, estaban en conflicto con las reglas!

Para confirmarlo, Wo hizo algo que nunca le contó a nadie. Sin que nadie supiera a dónde iba, Wo visitó otra caja.  Visitó la caja que sus líderes le habían dicho que era la peor. Entró,  se sentó y lo que vio, él ya lo sabía. Todos tenían la esencia, todos tenían el brillo, todos tenían el patrón. No reconoció las canciones que cantaban, pero hablaban del amor de Dios, y en este lugar vio muletas colgadas en algunos lugares representando las sanaciones que habían ocurrido en esa caja, y supo qué era lo que estaba viendo.

Los Seres Humanos tienden a guardarse todo para sí y nunca miran alrededor; a él nunca le habían contado de las sanaciones en todas las demás cajas. Volvió a su propia caja y – esto puede sorprenderlos –nunca la dejó. Ya tenía una sabiduría que le decía que no era necesario. No tenía que alterar a nadie de su entorno, él conocía una verdad que se convirtió en la propia. El amor de Dios era el mismo, sin importar la doctrina.

Cantó las canciones de otra forma; escuchó la música de otro modo. Los que lo rodeaban vieron a Dios en Wo de otra manera. A causa de la experiencia que había tenido, pudo compartir con ellos la belleza de lo que era la transición al otro lado para darles esperanza, de modo que la muerte perdiera su aguijón. Nunca les contó toda la historia. No tenía necesidad, no había razón para hacerlo, porque todos eran buscadores.

Cuando Wo estaba en el viento de la transición, había oído una voz. Nunca la olvidaría. La voz lo llamó por su nombre, mientras tironeaba el cordón de plata. La voz dijo: Wo, cuando sea hora, también estarás aquí. Hasta entonces, celebra el esplendor de lo que viste en cada célula, porque Dios está en ti.  Esto es lo que él se llevó; no hubo instrucciones de la luz para regresar y evangelizar; no hubo instrucciones para decirle a nadie que estaba equivocado, ni para cambiar ninguna cosa excepto a sí mismo.

Así vivió su vida. Nunca perturbaba a quienes lo rodeaban, sólo les mostraba a Dios en sí mismo. Eso era suficiente para Wo.

Podríamos terminar la parábola contándoles que llegó el día en que Wo experimentó el viento de la transición sin el cordón, pero no se los vamos a contar, porque queremos dejar a Wo con ustedes, vivo y trabajando en sociedad, como tienen que trabajar ustedes: como ejemplo del Dios interior. Ejemplo de la paciencia, de la sabiduría, de la benevolencia y la compasión que este Humano tuvo para todos los que lo rodeaban, sin importar cuál fuese la doctrina de sus cajas. Porque eso es lo que estamos viendo con ustedes.

Es una parábola para la Nueva Era, donde captarán la esencia dentro de sí y la verán en otros como hizo Wo. El don de Wo es de ustedes: vean a Dios en los otros primero. La personalidad la verán luego. Tendrán más tolerancia a raíz de eso. Porque ustedes son muy diferentes.

Dado en amor en este día.

Y así es.

Ángel Kryon

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