"En su libro My Stroke of Insight, Jill Bolte Taylor remite a pruebas científicas que demuestran que la vida de una emoción concreta es de sólo un minuto y medio. Tras ese tiempo, tenemos que reactivar la emoción y volver a ponerla en marcha.
   Nuestro proceso habitual es que, efectivamente, la reactivamos de un modo automático alimentándola con una conversación interna acerca de cómo la otra persona es la causa de nuestra incomodidad. Tal vez arremetamos contra ella o contra alguna otra persona, y todo porque no queremos acercarnos a la cualidad desagradable de lo que estamos sintiendo. Éste es un hábito muy antiguo. Hace que nuestra calidez natural quede oscurecida hasta el punto de que personas como usted y como yo, que tenemos la capacidad de sentir empatía y de comprender, nos ofuscamos y podamos llegar a hacernos daño los unos a los otros. Cuando odiamos a los que activan nuestros miedos e inseguridades, a los que hacen emerger en nosotros sentimientos no deseados, y los consideramos la única causa de nuestro malestar, podemos llegar a deshumanizarlos, despreciarlos y maltratarlos."

Del libro: Libérate de Pema Chödrön.

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