La
Autocompasión
Difícilmente
nos atreveríamos a tratar a alguien del mismo modo en el que a veces nos
tratamos a nosotros mismos porque sabemos que, si lo hiciéramos, habría más de
una persona que dejaría de relacionarse con nosotros. Nuestra
auto-crítica suele ser severa, sutil, tenaz, además de que nos provoca angustia
y malestar, pero la seguimos ejerciendo ya que nos resulta natural. ¿Qué nos
sucede que nos seguimos auto-criticando a pesar de lo dolorosas que son las
consecuencias?
En
primer lugar, porque una parte nuestra cree que lo necesitamos; sin darnos
cuenta nos juzgamos duramente, pensamos que cuando no nos criticamos estamos
siendo indolentes o auto indulgentes a la vez que nos
parece que el reprocharnos nuestro accionar nos permitirá auto-motivarnos a
hacer las cosas más eficientemente. ¡Como si la eficiencia dependiera del
rigor autoritario, del sufrimiento en sí o de vivir bajo presión! En segundo
lugar, estamos habituados a hacerlo, cuando nos han maltratado nos enseñaron a
establecer un vínculo de maltrato hacia nosotros mismos.
Para
entender qué quiere decir auto – Compassion, será útil considerar en
primer término qué significa el término “compasión”. Convengamos que en
Occidente, el término ha sido utilizado sobre todo en el lenguaje de las
religiones. No se habla de compasión ni en las familias, ni en el ámbito
educativo, ni en la sociedad en general. Incluso no se habla de la compasión en
los programas de formación en las carreras universitarias cuyo objetivo es la
asistencia a personas.
En el
mundo está creciendo el número de investigaciones psicológicas sobre la
compasión y sobre la compasión hacia sí (self-compassion) y ya son una realidad
comprobada los beneficios que nos traen las prácticas que se basan en ellas,
por lo tanto, sus resultados ya se aplican con eficiencia en las tareas
terapéuticas.
En este
sentido, un buen punto de partida para acercarnos al tema, son los trabajos de
Kristin Neff, psicóloga investigadora de la universidad de Texas, especializada
en el tema de self-compassion, basa sus trabajos en la definición del concepto
a partir de 3 componentes:
1) Trato amable hacia uno mismo
Self-Compassion
implica reconocer el sufrimiento, tener sentimientos de amabilidad, ejercer el
cuidado, comprender el dolor del otro, a la vez que desear y tomar acción para
que disminuya, dándonos el mismo trato a nosotros mismos.
Cuando no sentimos auténtica compasión por nosotros mismos nos
sentimos amenazados por cualquier falla o situación y rápidamente sentimos que
somos lastimados. Si algo no nos gusta de nosotros y nos tratamos mal, nos
convertimos en nuestros propios atacantes al mismo tiempo en atacados, con el
consecuente aumento del estrés en nuestras vidas. Muy por el contrario, cuando
nos tratamos bien , nos deprimimos menos, nos sentimos más motivados, más
satisfechos, más conectados a los demás.
2) Humanidad compartida
La compasión implica el reconocimiento
de que la experiencia humana es imperfecta, frágil, provisoria, y que todos nos
sentimos vulnerables por
lógica derivación de estas realidades. “Self-Compassion” tiene exactamente las
mismas cualidades que las que se despliegan en la práctica de la compasión.
Además, implica el reconocimiento de que la imperfección es parte indefectible de la
vida humana, no hay ningún individuo que sea perfecto, nadie que esté exento de
ignorancia, ninguna persona que no cometa errores o que tenga que mejorar en
algún área de su vida.
3) Mindfulness (Atención Plena)
Aunque la dureza con la que nos tratamos nos acarrea
mucho sufrimiento lo seguimos prolongando debido a que no logramos hacerla
consciente. ¿Cómo dejar de sentirnos tan mal si ni siquiera nos resulta
evidente que no nos tratamos compasivamente? Al identificarnos con un severo juez
interno, ni siquiera notamos lo auto-críticos que somos. Como respondemos mecánicamente con dureza
hacia nosotros mismos, se hace necesario hacer un trabajo consciente para
desarrollar la habilidad de elegir tratarnos bien. Mindfulness es la práctica
que nos ayudará a estar con lo que es en el momento presente, con aceptación y
sin críticas ásperas ni juicios severos.
Además,
Neff define la auto-compassion por contraste con otros conceptos que suelen
asociarse a la compasión hacia sí:
*No es “auto-estima”
Por
muchos años los psicólogos hicieron hincapié en estimular esta cualidad en las
personas, a pesar de que “estimar” también significa medir, comparar, es
evaluar de acuerdo a algún tipo de promedio esperable de normalidad desde el
que sentirse bien.
Una vez que tomamos un parámetro de normalidad,
automáticamente intentaremos llegar a él, intentaremos “torcernos” cuando
sentimos que no encajamos. La sola idea de ser como el promedio es considerado
un insulto ya que deberíamos estar por sobre él. ¡Cuánto
daño nos ha hecho ver las cosas así! El acoso o bullyng, tan
generalizado en nuestra sociedad, se basa en la violencia de aceptar que unos
grupos son mejores que otros, unos arriba y otros abajo, unos más importantes y
otros menos. Este maltrato se continúa por quienes al desvalorizar a otros
reafirman su autoestima.
*No es empatía por los otros
Y cuando nuestra intención es ser empáticos, pensamos
que sólo se trata de ponernos en el lugar de otra persona imaginando con
facilidad lo que podría llegar a ser estar en sus zapatos, pasando por alto el
escucharnos realmente a nosotros mismos porque creemos que eso es ser egoístas.
La empatía tampoco es completa si no nos incluye a nosotros mismos, por eso no
sólo se trata de cultivarla en relación a los demás, sino de aprender a hacerlo
hacia nosotros mismos. Poco
a poco y con el aprendizaje y la práctica, aprendermos a centrar la atención
hacia nuestro mundo interno para ver lo que está pasando en nosotros y hacer
las cosas que nos hacen bien: el mejor camino para hacerle bien a los demás.
*No es la lástima
Cuando pasamos el tiempo sintiendo pena por nosotros quejándonos
de nuestra situación, nos alejamos de los demás: “me pasa sólo a mí...
pobrecito de mi...”.Imposible sentir compasión por nosotros
si la confundimos con lástima. La “auto-lástima” está centrada en
nosotros, se produce en un encierro que no nos deja ver que a los demás les
pasan cosas semejantes. ¿Cuál es el resultado? Nos sentimos solos y aislados,
apartados del mundo y de la realidad.
La investigación en el tema de la compasión vinculada
a la Psicología tiene relativamente pocos años y resta mucho por hacer... vale
la pena realizar la tarea dado que las conclusiones de las investigaciones
muestran que el desarrollo de la compasión consciente nos
hará sentir más motivados, más felices, más abiertos a las imperfecciones, a
las fallas y a los errores. Está comprobado que baja los niveles de
ansiedad, mejoran las relaciones personales, y disminuye las conductas
adictivas, entre otros beneficios. Y en nuestras vidas personales, día a
día observaremos el cambio en nuestro estado de ánimo, sentiremos más serenidad
y entusiasmo, únicas bases desde las que animarnos a vivir cada vez más las
cosas que nos resultan difíciles o que nos dan miedo, en resumen, nos ayudará a
desplegar mucho más nuestro potencial.
Fanny Libertun
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